Esta parashá describe los terribles decretos que pueden caer sobre una persona que, tal como lo dice el pasuk, “no obedeció la voz de H’, de observar los preceptos y decretos que Él ordenó”. Sin embargo, lo que parece muy extraño es que también por no haber “servido a H’ con alegría y con buen corazón, cuando todo era abundante”.
En otras palabras, ¿por qué merecemos decretos tan severos por no haber servido a H’ con alegría y con buen corazón? Al fin y al cabo, sí lo servimos, sólo que no con alegría y buen corazón. ¿Por carencia de alegría hay tan terribles consecuencias?